"Estela"
No pongáis en mi estela funeraria
mi nombre ni las fechas de mi vida,
ni la piadosa frase dirigida
a salvar mi memoria literaria.
Que en la palabra ajena no se agrave
la confusión creada por la mía,
que el mundo incierto que en mi voz vivía
el tiempo borre y el silencio lave.
Si hay un Dios que me quiere como espero,
yo que por no saber tanto he mentido
quiero aguardar mi eternidad dormido
bajo un mármol por mudo verdadero.
Una curiosidad sobre este poema es que se toma las palabras de dicha poesía y se respeta la voluntad del escritor; yace en la oscura galería de nichos 19, del Cementerio de la Recoleta, en la Ciudad de Buenos Aires; a pesar que unas ventanas que dan a la calle Azcuénaga dejan colar un poco de luz natural. No hay placa que lo recuerde.